Prólogo
Colgada de los últimos días del mes de Junio, decido escribir. Han pasado muchos días, han habido muchos temas en mi mente de los más diversos ámbitos; pero necesitaba algo más para escribir, cosas que mi editor interior conforme pasaba el tiempo más me exigía y opté por callar. Excelente ejercicio para mi y poder realizarlo como una especie de tarea para la casa; lograr dejar de hablar con sinceridad, para callar sinceramente.
El Desierto Florece
Linda frase, paradójico, poético, tantas cosas. Es mi actual programa de radio y de tv favorito, su nombre me hechizó y llegué a él por varios caminos que me fueron indicados ‘coincidentemente’ por el destino, en un espacio de tiempo bastante cercano y respaldado por una marca ya probada y aprobada por mi, Cristián Warnken, su conductor. Lo he escuchado en la Radio Oasis, pero principalmente lo veo a través de Otro Canal, por lo que también me atrapó visualmente con su simpleza y calidez.
El Desierto Florece, es para mi un espacio donde alejarse del ruido interno y externo, sin enajenarme del mundo, donde puedo reflexionar en paz sobre un determinado tema, donde mi suspicacia se da el lujo de bajar la guardia, mi alma se nutre y mi yo interior se renueva.
El Desierto Florece inicia con esta cita de Nietzche;
«El desierto crece (avanza), Ay! de aquél que en su alma alberga desierto!»
Y creo que toda alma puede albergar un poco de desierto, ya que pienso que esos aspectos que son vistos como negativos en la vida, creo que son necesarios para la misma; por lo tanto, me es necesario reforestar y existe una búsqueda constante de métodos que hagan retroceder el proceso de desertificación y este es uno de ellos que lo hace a través de coloridas flores.
Apuntes Y Catarsis 